miércoles, 5 de septiembre de 2007

Navegando...


El lago es el lugar de la vida cotidiana, del trabajo, de las relaciones... Todos deambulamos por el lago del mundo: un lugar tan desconcertante como apasionante. El lago del mundo puede ser muy traicionero. No es bueno confiarse y dejarse llevar. Por eso, es muy recomendable conocerlo bien. Acercarse de cuando en cuando a la orilla para observarlo detenidamente, apreciarlo, amarlo, respetarlo, descubrir cómo respira... Eso es lo que intento hacer. Y por eso surge este blog, en el que quiero compartir mi visión del lago, y aprender de todo aquel que quiera dejar su comentario.
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Llevo todos los años de mi vida navegando por el mundo. Por eso, no puedo decir que hoy zarpamos, aunque sea precisamente este el momento en el que empiezo a poner por escrito las sensaciones que me transmite el lago. No lo quiero ocultar, y lo quiero decir desde el principio para que todo aquel que se suba a esta barca sepa lo que se va a encontrar: Soy cristiano, católico, y como tal me desenvuelvo por el mundo.
Formo parte de ese grupo de personas convencidas de que la fe no se circunscribe ni se puede reducir al ámbito privado, sino que debe tener dimensión pública. Porque si un proyecto de vida se basa en el amor a Dios y al prójimo, no tiene sentido que ese amor se encierre entre cuatro paredes, o debajo de la piel.

Y desde ese punto de vista, mi fe también marca todo mi pensamiento -al menos eso busco y pretendo-. Condiciona mi forma de mirar el lago. Porque, precisamente, fue en el lago, el lugar de la vida cotidiana, donde me encontré con Aquel que le dio sentido a todo. Y precisamente por eso, entiendo el mundo, mi mundo, como un lago con todas sus circunstancias.

El lago tan pronto aparece manso, como se presenta violento. Es un lugar muy agradable cuando sopla brisa suave y luce el sol haciendo brillar toda su superficie como el oro del mejor de los tesoros. Otras veces es un lugar temible, cuando arrecia el temporal y el oleaje hace temer naufragio... Es relajante cuando el viento a favor impulsa las velas, pero puede resultar extenuante cuando el viento en contra obliga a multiplicar el esfuerzo al navegar sin que apenas se avance. Hay zonas donde se hace pie; en cambio, hay otras en donde las simas son muy profundas...
Y en todas estas circunstancias, tengo el convencimiento profundo de que el mensaje del Evangelio sigue estando completamente vigente, y sigue siendo, hoy más que nunca, buena noticia en el mundo.

Me queda mucho que aprender. Y todavía, en ocasiones, doy palos de ciego. Incluso a veces ando completamente perdido. Pero siempre trato de tener la suficiente fe como para poder caminar sobre las aguas sin hundirme.

Bienvenido a este rincón

6 comentarios:

Recomenzar dijo...

me encantó el texto

Miguelo, sc dijo...

Gracias Mucha. Estoy todavía explorando el mundo de los blogs, dando muchos palos de ciego, y aprendiendo de otros como el tuyo.

Nos seguimos viendo en la web

Anónimo dijo...

Muchas gracias por tu comentario en mi blog, que me permite acercarme a tu lago y sentarme sereno a contemplar sus aguas. Confío en que te animes a seguir escribiendo y a compartir retazos de vida tan fantásticos como éste que aquí nos regalas.

Un abrazo fraternal,

Álex

Daniel Mercado dijo...

Aquí estaremos acompañando expectantes tu navegación.
Un abrazo.

Armando Vallejo Waigand dijo...

¡Vaya sorpresa, Miguelo! Me alegro muchísimo de que te hayas animado a iniciar este blog. Conozco bien las mil caras que puede ofrecer un gran lago por mis viajes al Balatón en Hungría, y el que tú nos propones explorar es inquietante al tiempo que apasionante.

Ponte al timón que yo te acompañaré en la aventura.

Un fuerte abrazo.

Zulm@ dijo...

Gracias por pasar por mi blog y preocuparte por mi. Ya falta poco,el 22 de este mes en la tarde habrá novedades, te escribiré.
Un fuerte abrazo !!

DIARIO DE NAVEGACIÓN